HISTORIA DE LA CETRERÍA
Queremos que conozcas la historia de la que es nuestra pasión.
Aquí podéis ver una pincelada.
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HISTORIA DE LA HALCONERÍA
La caza con aves rapaces se encuentra entre las formas de caza más antiguas que
ha practicado el hombre. La cetrería es un arte milenario en el que se usan rapaces
para la caza desde el paleolítico.
Se han encontrado vestigios arqueológicos de más de 10.000 años y los escritos
se remontan a unos 4500 años en la China y Japón.
Se cree que tiene su origen presumiblemente entre los pueblos cazadores de las
estepas mongólicas; aunque también encontramos en la prehistoria pinturas
rupestres. Las pinturas rupestres y posteriormente las fuentes escritas dan
testimonio de la prosperidad que alcanzó la cetrería en Turquía, China y Tartaria.
Efectivamente, en los inmensos llanos abiertos, el ave rapaz era el arma de caza
más apropiada de las conocidas hasta aquel momento.
En el libro “Eyra”, un manuscrito de la historia china, datado unos 3000 años aC.,
donde se explican las costumbres y tradiciones de este país, se mencionan unos
hombres que hacen servir aves rapaces para cazar.
Había dos rutas de intercambio o comerciales:
•
una era la ruta norte: Asia, Eurasia, Germania y Europa Occidental;
•
la otra era la ruta sur: Asia, Eurasia, Persia, Golfo Pérsico, conca
Mediterránea, África del Norte, península Ibérica y Europa.
Los egipcios conocen la cetrería desde el siglo XVI aC. Basándose en una pintura
conservada en el museo Británico, que representa una manera de caza usual en el
Nilo, demuestra que ya se utilizaban rapaces. También hay un bajo relieve
neoasirio del siglo VIII aC. en el museo del Louvre, encontrado en las ruinas de
Horsabad, en el que hay representado un cetrero que trae el halcón en un puño (se
ven unas pihuelas entre el dedo pulgar y el dedo índice atadas a los pies del
halcón).
Las otras dos pruebas gráficas de finales del siglo VIII aC.:
•
en una se ven dos personajes. El que está en el segundo lugar se ha
interpretado como un halconero real.
•
la otra, representa una mujer sentada con un niño en su regazo, en el cual
tiene cogido con la mano izquierda una lonja, que está atada a las patas del
halcón posado en una alcándara.
Se dice que Ulises después de Troya había aportado esta modalidad de caza a
Grecia; que los turcos lo habían aprendido de los persas y los Persas de los
Árabes.
Incluso en las tumbas de los faraones del antiguo Egipto, se han hallado halcones
momificados. También se mencionan los dos halcones de la reina Cleopatra.
Aristóteles hacia el año 300 a.C., en su Historia de los animales expone la peculiar
manera en la que los cazadores hacen uso de las rapaces y comparten con ellas
las piezas capturadas.
El historiador griego Ctesias menciona la utilización de águilas y milanos en el norte
de la India para cazar liebres y zorros.
Esta tradición literaria se prolongará a través de Plinio y su Historia natural,
llegando a finales del siglo II d.C. con Sobre la naturaleza de los animales de
Eliano.
Hay otros autores clásicos que nos dejan referencias:
•
Marcial escribió: Gavilán, fue un ladrón entre las aves, sirviente ahora del
pararero, engaña lo mismo a las aves, que no caza para si.
•
Opiano escribió: el trabajo del que captura pájaros es apacible, pues para su
caza no lleva espada, ni hoz, ni lanzas de bronce, sólo le acompaña el halcón,
el barro y las cañas que pisa.
La caza con halcones fue mencionado por primera vez en Europa por Julius
Firmicus Matemus de Sicilia en el año 330 d.C. y hasta hoy se ha conservado el
mismo arte y cuidados que hace siglos.
Felipe II, emperador romano-germánico (siglo IV) escribió un tratado sobre el
adiestramiento de las rapaces. Este libro fue utilizado y tenido como referencia
durante muchísimo tiempo.
En el siglo V en el Peloponeso en siete viñetas se narra una jornada de caza de
liebres con perros galgos y cetrería.
Se cree que la cetrería en Europa fue introducida, por un lado, por los visigodos
que habían recorrido la península balcánica y se habían asentado en el sur de
Francia; y por otro lado, por los pueblos germánicos septentrionales, o sea los que
llegaron a la Europa occidental siguiendo las rutas al norte de los ríos Danubio y
Rin. En el código de leyes Lex sálica, se encuentra la más vieja legislación sobre
cetrería. Un ejemplo: si alguien roba un azor de un arbol, además de devolverlo
será castigado con una multa de 600 denarios (15 sueldos). Si lo roba de una muda
(halconera), multa de 1800 denarios (45 sueldos). A partir de aquí, con los años
surgen diferentes leyes.
Las leyes burgundias decían que si alguien robaba un azor, se ordenaba que la
misma ave comiera seis onzas de carne sobre el pecho del ladron.
Las leyes ripuarias, legislaban el precio de cada azor, según si estaban adiestrados
o no, o si eran para cazar una clase de ave u otra; también se penalizaba matar
una rapaz, bajo las consecuencias de tener que entregar una de igual calidad y
multa de seis sueldos; pero según lo que cazaba dicha ave, la multa podía variar.
Hacia el año 643, ya se citan los bosques reales y la prohibición de coger ningún
azor de estos bosques.
La iglesia también prohíbe la tenencia de azores, a los obispos, presbíteros y
diáconos. Pero no solo los hombres de iglesia se dieron a la caza, también las
religiosas. Hacia el año 798 se prohibió a las abadesas la tenencia de azores y
halcones. Todo esto demuestra que la cetrería era una modalidad de caza
plenamente asentada en los reinos cristianos de Europa.
Con Carlomagno es cuando pasa a ser un privilegio de las clases nobles.
En el mundo árabe, según parece, la conocieron las tribus de Irak y Siria a través
de dos vías:
•
des del noreste, atravesando Iran
•
desde las estepas mongólicas y altaicas, a través de Bizancio
Després de difundirse por el norte de África llegó a la península Ibérica, donde las
dos corrientes o formas de entender la cetrería (la germánica i la árabe) se
fusionarían y la cetrería hispánica cogería lo mejor de cada una. Entre los árabes
surgen los primeros tratados de cetrería hacia el siglo VIII con una fortísima
influencia persa.
En la península Ibérica, como hemos dicho, fue introducido por los pueblos
germánicos que llegaron a través de los Pirineos (los visigodos) que practicaban la
caza o modalidad del bajo vuelo con azores y gavilanes sin caperuza.
Posteriormente con la invasión musulmana llegaron los halcones y la introducción
de la caperuza, indispensable para el inicio del adiestramiento.
En un principio era un medio de subsistencia que usaban las clases bajas para
obtener alimento, pero pronto fue relegado al uso exclusivo de la nobleza y clases
altas de la sociedad que vieron una peculiar forma de destacar su rango social y de
practicar una forma exclusiva de caza.
Según los historiadores árabes en el protocolo de los reyes hispánicos, cada vez
que un rey salía a cabalgar con su séquito, llevaba los halcones peregrinos dando
tornos sobre sus cabezas, subiendo y bajando. No cesaban en estos vuelos hasta
que el rey descabalgaba. Eurico salió a cabalgar siguiendo las normas del
protocolo, cuando de repente, al paso del cortejo, se levantó un pájaro y tan pronto
como uno de los peregrinos lo vio se lanzó en picado, a plomo, acuchilló y capturó
la presa. Tan maravillado se quedó que desde aquel momento cazó por altanería.
En el calendario de Córdoba, una obra de astronomía, al final de cada mes, hay
numerosos detalles sobre la práctica de la cetrería en Al-Ándalus: notas
ornitológicas, detalles cetreros, época de emigración del halcón neblí, época de
cría del halcón peregrino baharí o brookei, el tiempo de incubación de los huevos,
cuando eclosionan, incluidos los del gavilán o cuánto tiempo transcurre hasta que
los pollos están totalmente emplumados, cuando empieza y termina la temporada
de caza y como se han de encerrar para la muda los halcones entre mayo y
agosto.
A finales del siglo XIII, Marco Polo relataba que el Gran Emperador mongol Kublai
Khan se dirigía cada año, por el mes de marzo, a Kambaluk (Pekín) acompañado
por 10.000 halconeros y pajareros para dedicarse a cazar lobos, zorros y liebres
con águilas reales.
Hay diferentes tratados sobre cetrería a lo largo de la historia. Los más importantes
son:
•
“De arte venandi cum avibus” del emperador Federico II de Hoenstaufen, es
el manuscrito europeo más importante.
•
“Moamin”, tratado árabe de halconería.
•
“Traité de Fauconnerie” sobre los privilegios de la tenencia de aves rapaces y
sus utensilios. Sólo los nobles podían practicar la cetrería.
•
“El libro de la caza de las aves” de Pedro López de Ayala, el libro en el que se
basó Félix Rodríguez de la Fuente.
En Europa, la época dorada de la cetrería acontece en la Edad Media (del siglo VI
al XVI); en ella aparecen las primeras leyes en el “Traité de Fauconnerie” de los
privilegios en la tenencia de rapaces dignas de su rango social:
•
el águila, para el Emperador
•
el gerifalte, para el Rey y la Reina
•
el peregrino, para el Duque
•
el esmerejón, para la Reina y las Damas, aunque más tarde la Reina pudo
tener un halcón de Eleonora
•
el cernícalo, para la Infanta y los sirvientes de la corte
•
l’azor, para el burgués
•
el gavilán, para el clero
•
el ratonero, para el laico que trabaja para la iglesia
Se dice que el mínimo de rapaces que un Señor podía tener era de 18: dos
gerifaltes, cuatro peregrinos neblíes, cuatro peregrinos baharis, seis azores, dos
esmerejones…
Los Reyes europeos, los zares rusos, los emperadores romanos, emires árabes se
entretuvieron en practicar la cetrería.
En la Edad Media, la guerra, los duelos, la caza y los torneos constituyeron las
coordenadas de la vida noble. La caza con aves, no era para el Señor solo un
deporte, sino que también tenía una importante función social. Era fuente de
alimentos nobles, por lo tanto un motivo de prestigio ante de los campesinos y
además servía como preparación para las batallas.
Durante las treguas entre cristianos y musulmanes, ambos aprovechaban para
practicar su afición favorita. Los nobles cristianos deslumbraban a los sultanes
árabes con blancos gerifaltes procedentes de países nórdicos. Los cazadores
árabes sorprendían a los cristianos con innovadoras técnicas en el adiestramiento
de los halcones, descubriendo un nuevo horizonte en su manejo: emplear la
caperuza. También en las justas, en las cuales se entrenaban para las guerras:
cogían la lanza con la mano derecha y el halcón con la izquierda encima del
caballo para adquirir equilibrio y destreza.
La caza practicada por la aristocracia masculina y femenina da lugar a encuentros
de cortesía, en los cuales los grandes señores rivalizaban el lujo, con pájaros de
prestigio, venidos de Suecia o Noruega; aparejos para los pájaros de los mejores
artesanos, bordados con hilos de oro y piedras preciosas.
Toda una economía alrededor de la caza.
Las infracciones eran duramente castigadas, la sanción podía ir hasta la condena a
muerte.
Ser halconero del Rey era un privilegio y una gran responsabilidad. Se demuestra
su importancia en el hecho que los acuerdos diplomáticos se hicieran con el
intercambio de aves rapaces. Un azor mudado y entrenado en el año 1252 tenía el
mismo valor que seis bueyes arrieros. En el 1396 la liberación de caballeros presos
fue a cambio de 12 halcones blancos (gerifaltes).
El precio para la independencia de Castilla fue un azor.
Alfonso X, el Sabio, instauró leyes que protegían las rapaces. Como buen
halconero y conocedor de su biología, penaba el expolio de huevos y desnide de
pollos sin plumas. También penaba la captura de reproductores adultos. La pena
menor era perder la mano derecha.
Encargó al canciller Pedro López de Ayala la traducción al castellano el libro árabe
Kitab al-gawarih, de donde surgió “El libro de la caza de las aves” documento en el
que se basó Félix Rodríguez de la Fuente.
Hay que recordar que la práctica de la cetrería en los reinos hispanos-cristianos se
debe a la influencia islámica.
En el siglo XV, la cetrería tuvo su gran esplendor en los reinados de Castilla y
Aragón, entre reyes y nobles.
La monarquía aragonesa fue amante de este tipo de caza. El rey Jaime I el
Conquistador, tenía en su corte varios halconeros y convirtió la albufera de Valencia
en coto real. Su mujer, la reina Violante de Hungría, y más tarde su hija la infanta
Violante de Aragón, casada con Alfonso X el Sabio, fueron unas grandes
apasionadas de la cetrería.
El 1595 el rey Felipe II escribe al gobernador del País Vasco que le envíe unos
buenos pájaros (en total le envía 32 halcones).
Con la llegada de las armas, hacia el siglo XVII, se inicia un lento declive de la
cetrería en toda Europa, perdurando en Inglaterra, Holanda, Alemania y países
árabes.
En España, aunque está en declive, La casa Real seguía teniendo su Cetrero
Mayor y un departamento llamado Real Volatería, también se seguía legislando,
más por tradición legal que para regular una práctica de caza casi inexistente.
Gracias a estos reductos de cetreros se empezaron a formar clubes de caza. El
año 1775 el coronel Thornton fundó, con la ayuda de Lord Oxford, un Hawking
Club, que al cabo de unos años desapareció. A pesar de ello, ese fue el
resurgimiento de la cetrería en Europa, pues con algunos miembros del antiguo
club y bajo el patrocinio de la casa real holandesa se fundaría el Royal Loo
Hawking Club, desaparecio también al cabo de unos años.
En el descubrimiento de América se exporta la cetrería al Nuevo Mundo de la mano
del cetrero Pedro Dársena.
La cetrería fue ganando adeptos, e incluso se llegó a utilizar como arma bélica,
para sitiar la cuidad de París, abatiendo las palomas mensajeras que utilizaban
para comunicarse con el gobierno que se encontraba en Tours.
En el 1923 H.Goering impulsó el club alemán Deutscher Falkenorden.Esta
asociación sigue existiendo hoy en día y es el club de mayor solera.
En el 1946 se fundó British Falconers Club, con los restos del Old Hawking Club.
Así se fueron fundando clubes por toda Europa y Norteamérica, con una
poderosísima North American Falconers Association (NAFA), publicadora de las
revistas más interesantes sobre el tema.
También ha resurgido la cetrería Hispanoamericana con el club Cetreros del Valle
de México.
También están escuelas como The British School of Falconry, en Inglaterra.
En España, Félix Rodríguez de la Fuente impulsó el resurgimiento de la cetrería
con dos breves artículos sobre la cetrería y su práctica. Posteriormente el libro El
arte de la cetrería, y la serie televisiva El hombre y La Tierra, crearían escuela.
En 1975 se funda la Unión Española para la Defensa de la Cetrería y las Aves de
Presa (UEDECA), que daría lugar a la actual Asociación Española de Cetrería y
conservación de Aves Rapaces (AECCA).
En el año 2010 la cetrería fue declarada patrimonio inmaterial viviente de la
humanidad por la UNESCO. Fue presentado por los países: Emiratos Árabes
Unidos, Bélgica, República Checa, Francia, República de Corea, Mongolia,
Marruecos, Catar, Arabia Saudita, España y Siria.
En el año 2012 se han adherido más países. Actualmente es la candidatura más
internacional que ha otorgado la UNESCO.
En a actualidad la cetrería aun tiene su papel de poder y prestigio en los Emiratos
Árabes.
También se emplean en los aeropuertos para evitar accidentes. Las colisiones
entre aviones y pájaros pueden causar enormes daños: por ejemplo una gaviota
que entra en colisión con un F16 volando a 900 Km/h provoca un impacto de 25
toneladas. Los daños pueden ser impresionantes, costosos y a la vez catastróficos.
Para evitar estos accidentes se utilizan los halcones en las pistas de los
aeropuertos.
Gracias a los cetreros mundiales no han desaparecido muchas de las razas de
rapaces, pues su cría en cautividad, inseminación artificial y el método de cría
hacker hacen que se recuperen las poblaciones.
Los cetreros los emplean también en el descaste o control de exceso de animales,
creando un equilibrio medioambiental.
Se hacen también exposiciones y espectáculos para acercar las rapaces a la gente
con explicaciones didácticas po un mejor conocimiento de las rapaces y del medio.
Y, como no, la caza sostenible.